¿Ha notado alguna vez en un hospital que hay cosas pequeñas, a veces bastante largas, que suelen colgarse en un soporte extensible con algo parecido a una bolsa grande, desde donde el líquido sigue moviéndose ininterrumpidamente hacia el cuerpo del paciente? Se las conoce como bureta intravenosa. Es una herramienta fundamental que se utiliza para administrar los medicamentos a los pacientes que no pueden tomarlos por vía oral. Esto puede deberse a que están demasiado enfermos o simplemente a una cirugía no óptima. Una bureta intravenosa tendrá una cantidad marcada de líquido para introducir, etc. Luego, los médicos y las enfermeras pueden ver que el paciente recibe la cantidad correcta de su medicamento.
La bureta IV consta de dos partes básicas: una pequeña cámara para el medicamento y un tubo largo y delgado que se conecta directamente a la vena. Todo el circuito está sobre un soporte y funciona por gravedad (lo que acelerará el flujo hacia el paciente). Esto es muy importante para la administración rápida y eficaz del medicamento al paciente.
Por lo tanto, el proceso de poner en marcha una bureta intravenosa es muy preciso. Primero, la enfermera o el médico deben asegurar este soporte alto para suero, con una bureta encima. Esto garantiza que sea estable y utilizable. Después, colocan el medicamento en la bureta intravenosa. Cuando esto ocurre, deben tener mucho cuidado y asegurarse de que no se derrame el medicamento; ni siquiera se forma una burbuja de aire en el tubo.
Una vez que se ha recibido el medicamento, un empleado de atención médica o una enfermera conecta a esta bureta 4 una vía intravenosa a la que tiene acceso la persona. Se inserta en la vena con un espejo muy flexible con forma de aguja, que se extiende hasta formar un tubo largo. Esto permitirá que el medicamento fluya desde una pequeña cámara, a través del tubo y, finalmente, al cuerpo del paciente. Un proceso tan delicado que requiere precisión y cuidado.
A medida que el medicamento va pasando, los médicos y las enfermeras deben estar muy atentos. La cámara más pequeña está marcada para que puedan ver cuánta cantidad de medicamento llega al paciente. No tienen la sensación de que el paciente está recibiendo una sobredosis. La enfermera puede regular la velocidad, el flujo y el lugar (ubicación en el cuerpo) de la administración del medicamento.
Se trata, en esencia, de vías intravenosas de corto plazo que se utilizan en los hospitales y que se pueden conectar a una bureta, de ahí el nombre de Bureta IV. En muchos casos, esto no es opcional. Por ejemplo, pueden administrar antibióticos para eliminar infecciones, administrar una solución salina que se utiliza para que los pacientes se mantengan hidratados y proporcionar medicamentos para aliviar el dolor, así como administrar medicamentos de quimioterapia (utilizados en el tratamiento del cáncer).
En la EMG, las buretas intravenosas como ésta resultan muy útiles. La bureta intravenosa permite administrar medicamentos de acción rápida directamente en el torrente sanguíneo de pacientes que no pueden tragar o ingerir líquidos cuando necesitan su medicamento con urgencia. Esto puede tener enormes ramificaciones para lo que sucede a continuación en el tratamiento de un paciente, tal vez incluso de vida o muerte.