¿Has oído hablar de los flotadores de plástico? En resumen, son pequeños trozos de plástico que flotan en el mar. Estos artículos pueden parecer inocentes y modestos, pero detrás de esa apariencia modesta se esconde un riesgo realmente peligroso para la vida salvaje del mar y nuestro hábitat habitual. Estamos aprendiendo más sobre los impactos en la vida marina, algunos de los cuales pueden atribuirse a estos pequeños trozos de plástico.
La mayoría de las criaturas marinas pueden tomar flotadores de plástico como alimento. Esto puede hacer que consuman el plástico sin darse cuenta y se enfermen o incluso mueran. Tomemos como ejemplo a las tortugas marinas, que suelen confundir las bolsas de plástico con medusas y las ingieren. Este error puede ser mortal y provocarles graves náuseas. Lamentablemente, esto no es culpa de nadie más que nuestra, ya que estas maravillosas criaturas no tienen idea de lo que significan los alimentos reales y el plástico para nuestro consumo humano. ????
Flotadores de plástico: un asesino nefasto y oculto de la vida marina Son asesinos silenciosos que pueden ser difíciles de ver, pero suponen un desastre para innumerables habitantes del océano. Por ejemplo, los peces, las aves y los delfines pueden quedar atrapados en bolsas de plástico o en anillos de latas de cerveza cuando entran al océano. Si quedan atrapados, pueden impedirles nadar o impedirles volar y respirar correctamente. Esto podría dejar a algunos de estos animales con lesiones graves o incluso acabar muertos.
Más de la mitad del oxígeno del mundo proviene de plantas y criaturas oceánicas, y numerosas vías fluviales dan vida a la mayoría de los animales terrestres. Cuando se ingieren o quedan enredados en el plástico, son una amenaza no solo para ellos mismos sino para el ecosistema oceánico en general. Esto podría significar una menor cantidad de peces y aves en el mar, lo que afectaría a todo, desde la red alimentaria marina hasta la salud de los arrecifes de coral.
La otra razón es que los flotadores de plástico pueden degradarse en pequeñas unidades, llamadas microplásticos. Cualquier plástico que se filtre se descompondrá en microplásticos que son demasiado pequeños para ser vistos, y estos plásticos pueden ser consumidos más fácilmente por los animales marinos. Desde allí podrían entrar en la cadena alimentaria de los humanos una vez que estos animales los ingieran. En otras palabras, si comemos pescado que se sirve con microplásticos, incluso sin que lo sepamos, ese trozo de dicho plástico entrará en nuestro organismo. Esto es un gran problema en lo que respecta a nuestra salud.
Si el plástico se rompe, los bordes pueden quedar irregulares y lastimar a las personas que se paran sobre ellos sin darse cuenta. Al final, para ellos, las cosas se quedan en su lugar habitual, como pelotas, juegos de mesa, tubos, etc. De lo contrario, es un dolor de cabeza o incluso peor, ¡limpiar! Las bolsas de plástico, POR SUPUESTO, SE DEJAN, francamente, no son bonitas. Esto puede restarle encanto a nuestros espacios al aire libre y hacer que parezcan poco atractivos.
También podemos asegurarnos de que estamos eliminando nuestros residuos plásticos correctamente. Esto implica reciclar siempre que sea posible, convertir en abono los residuos orgánicos o tirar la basura plástica a un contenedor. Es por eso que la idea de los desechos plásticos en nuestras playas y en nuestros océanos me asusta muchísimo.